La Pandemia ese Paréntesis

Inspirada en el libro "La vida ese paréntesis" de Mario Benedetti, "cuando el no ser queda en suspenso - como lo quedó en la pandemia - se abre la vida ese paréntesis", y en todos los/as trabajadores/as de salud y profesores/as, que han estado en las trincheras del COVID salvando vidas y sosteniendo la educación. Septiembre 2021. 

Hace algunas semanas, cuando todas las comunas de Santiago habían recién transitado a la fase 4, me reuní un viernes por la tarde con unas amigas a quienes no veía desde la época previa al COVID 19. Cuando iba a en camino a la casa de una de ellas, sentí que todo volvía poco a poco a la normalidad, a ese estado pre pandémico. En ese momento, no percibí una nueva normalidad, sino la antigua. Todo el escenario era lo más similar a aquel pasado presente:

La misma densidad de transeúntes en las calles que circundan el mall

El mismo caos vehicular

La misma furia urbana

El mismo cielo gris que siempre ha cubierto a aquel antaño cielo azulado.

Recordé entonces el libro del poeta Mario Benedetti “La vida ese paréntesis”, y en mi mente se gestó la imagen de “la pandemia ese paréntesis”. Cuando el no ser queda en suspenso, se abre la vida ese paréntesis (1).

Pero, ¿qué rol juegan los paréntesis en los relatos escritos? Generalmente, se constituyen como intersticios de la historia narrada, aludiendo a precisiones de importancia pero que, de alguna extraña manera y por alguna extraña razón, no forman parte intrínseca del relato:

Como una lluvia en pleno verano

Un traspié en vacaciones

Un embarazo no planificado

La confirmación de la hipótesis nula en lugar de la hipótesis alternativa

Una pera en un olmo

Una aguja en un pajar

Una visita o encuentro inesperado/a

Un brote de intoxicación alimentaria luego de una convivencia

Un organismo que aloja un parásito entre un ser humano y uno no humano, transmitido de un cuerpo al otro en un mercado de China.

Y que después de un evento tal, en diciembre 2019, se abra la pandemia ese paréntesis:

Cuántos contagios diseminados por el mundo entero a la velocidad de la globalización

Cuánta incidencia del coronavirus día a día en escalada

Cuántas muertes, inesperadas, lloradas, abruptas, injustas

Cuántas batallas perdidas contra el COVID, y cuántos milagrosos regresos desde el estado mortal

Cuántos emprendimientos abortados cuando acababan de llegar a la cima, o comenzando el ascenso

Cuántos trabajadores de la salud exhaustos por salvar la vida de otros, sosteniendo apenas la suya propia

Cuántos profesores agobiados y superados por el caótico e incipiente escenario escolar

Cuánto miedo al contagio, a la muerte, a que nada vuelva a ser como antes – en que éramos libres (del virus y de las cuarentenas) y podíamos reunirnos y transitar por el mundo sin riesgos -, a que todo vuelva a ser como antes - ciudades de apatías y pobres corazones pese a la cercanía física-, o a la nueva normalidad: a la conjunción de las mejores lecciones de ambas realidades.

Cuántas cuarentenas, cuántas soledades, cuántos reencuentros y desencuentros, cuánto amor a los vínculos.

A medida que la distancia entre el presente y el final se acortan y el futuro se aclara y se enaniza y se está un poco harto de husmear en los residuos del pasado uno valora y hasta mitifica la fusión con el cuerpo del amor y una que otra mirada que atravesó la niebla (2)

Hoy, que han transcurrido 18 meses de pandemia en Chile, la tendencia permite olfatear y respirar una brisa de ilusión, de que comienza a cerrarse este paréntesis, no sin la esperanza de que la dificultad nos haya forjado como una mejor y más diáfana humanidad. No obstante, no quiero ilusionarme, por temor a que aceche, sigilosa, la variante delta o alguna otra variante hasta hoy desconocida, y en lugar de cerrarse el paréntesis, solo se cierren nuevamente las puertas de nuestras casas.

aquellos que se aman o se amaron saben que allí estaba la clave la negación del acabóse y por supuesto la vacuna contra el maldito desamparo (3)

Y si bien todas las pandemias han tenido un fin,

en el futuro cada vez más jíbaro no figuran feriados ni esperanzas menos aún llegan explicaciones de por qué cómo dónde cuándo (4)

el no ser quede en suspenso, y se cierre o se abra nuevamente la pandemia (¿o la vida?) ese paréntesis.

(1) Mario Benedetti. La vida ese paréntesis. Primer Epígrafe, Preguntas al azar. 1986.

(2) Mario Benedetti. La vida ese paréntesis. Poema El Futuro cada vez más jíbaro, primer párrafo. Página 25. Octubre 2000.

(3) Mario Benedetti. La vida ese paréntesis. Poema El Futuro cada vez más jíbaro, segundo párrafo. Página 25. Octubre 2000.

(4) Mario Benedetti. La vida ese paréntesis. Poema El Futuro cada vez más jíbaro, tercer párrafo. Página 25. Octubre 2000.

Comentarios recientes

23.09 | 01:53

Nada más "calentito" y acogedor que la lana 😍

Entonces se cumplió el objetivo del texto. Gracias Jeni!

23.09 | 01:38

23.09 | 01:01

Refugios... inspiradores, conectados con lo simple de la vida... Felicitaciones a la mejor!

Precioso escrito que me lleva a recordar mis refugios que tanto protejo. ¡Gracias!

22.09 | 23:36

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