Cambiar de mundo, una analagía creada por mi hijo de 4 años, al cambiar los fondos de pantalla utilizados en las plataformas virtuales. Junio 2021.
Un día del primer semestre 2021, mientras acompañaba a mi hijo menor en clases on line, vio a alguno de sus pequeños compañeros con un fondo de pantalla especial en la plataforma virtual donde se realizan las clases, y me pidió colocar uno para él. Eligió el que prefirió, y luego de transcurridos unos momentos me dice, con inocente sonrisa, “quiero cambiarme de mundo”. “¡Ay yo también!” exclamé espontáneamente. Porque, con todo el difícil escenario pandémico 2020 y 2021 ¡sí que dan ganas de irnos a otro mundo!
De pronto siento que, ¡la humanidad completa nos volvimos parte de un experimento! ¡Y no se nos consultó la voluntariedad de participación, ni firmamos un consentimiento informado! ¡Y tampoco podemos salirnos de él! Es vivir una realidad paralela, no una nueva normalidad, porque la vida no transcurre entre cuatro paredes ni detrás de pantallas.
Si bien a principios del proceso de vacunación dije que éramos parte de un hito histórico y estábamos aportando a las generaciones futuras, de pronto agota seguir aportando. ¡Quiero retirarme del estudio experimental! Me recuerda a una de las notables frases de Mafalda “paren el mundo que me quiero bajar”. Porque si bien sabemos que todas las pandemias han finalizado, a ratos pareciera que estamos en un túnel sin salida.
Porque la fatiga se apersona, encandiladora, y se suma la confusión.
Porque un día pienso que necesitamos conciencia colectiva para superar todo esto. Pero otras, que cada quien trata de salvarse, y de sobrevivir, como puede y lo mejor que puede, no solo al COVID sino a todas sus externalidades negativas y a la incertidumbre que la pandemia ha generado.
Porque un día de la era anterior a la pandemia, quise pasar más tiempo en casa, y hoy deseo salir, pero cuando salgo, ¡pronto extraño la casa!
Porque para muchos y muchas de nosotras, nos vimos expuestos a un malabarismo de tareas las cuales en la época pre pandémica se encontraban rigurosamente separadas en distintos espacios y tiempos. Y, más importante aún, vimos que nuestras capacidades de llevar eficazmente esas tareas, son ampliamente mayores a las pensadas.
Porque veo personas adoptar actitudes más agresivas o comportamientos más erráticos, y si bien entiendo que la cuarentena los afecte – a quién no – pienso que a nadie da derecho de tratar mal a los demás. La situación es difícil para todos.
Porque quiero ser tolerante, comprensiva y compasiva: con las medidas que se han tomado como país, con mis hijos, con los que no siguen las normas, con los que sí las siguen, con los que adoptan comportamientos difíciles de comprender y aceptar… Pero me canso.
Hoy mi hijo menor preguntó qué es un esfuerzo. ¡Debimos hacer un esfuerzo por buscar una definición para sus 4 años! Es algo que no te resulta fácil hacerlo, y por eso tienes que concentrarte más para lograrlo.
Todos estamos haciendo nuestros mejores y mayores esfuerzos, o al menos lo intentamos. Seamos empáticos y amorosos con nosotros mismos, y entre nosotros.
De pronto, parece tan fácil ser amables, y tan grande la diferencia que esta actitud positiva causa para la relación uno a uno y para el relacionamiento a nivel más general.
Porque a veces siento que estamos apreciando lo esencial, y otras, que la sociedad será aún más egoísta y desconfiada. “Yo me cuido, pero no tengo la seguridad si el otro lo hace y por ende pueda contagiarme”.
Porque, desde el discurso, intento incorporar el humor a la situación, pero en la práctica, la situación no siempre resulta graciosa.
Y así. El vaivén de emociones, confusiones, y ambigüedades, pareciera ser lo único claro y cierto. Y también, que solo podemos cambiar de fondo de pantalla virtual, pero no podemos cambiar de mundo, como quiso mi hijo. No obstante, si llegamos a creer que esto realmente es un experimento, nos entregará aprendizajes / lecciones / evidencias / resultados / y herramientas para que, a futuro, sepamos mejor cómo actuar en ciertas situaciones hasta ahora desconocidas. De la humanidad y de cada uno de sus humanos depende utilizar de manera altruista ese nuevo conocimiento.
Javier
02.08.2021 13:05
Que buen relato Karin, y claro que sí, como nos gustaría apretar un botón y "cambiar de mundo" , pero a veces pienso que después de esto nada será como antes, y que esto a su vez, era algo totalmente
Comentarios recientes
23.09 | 01:53
Nada más "calentito" y acogedor que la lana 😍
Entonces se cumplió el objetivo del texto. Gracias Jeni!
23.09 | 01:38
23.09 | 01:01
Refugios... inspiradores, conectados con lo simple de la vida... Felicitaciones a la mejor!
Precioso escrito que me lleva a recordar mis refugios que tanto protejo. ¡Gracias!
22.09 | 23:36
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El Diario de Karin
Escritos de Karin Froimovich, un Trayecto, un Camino